Esta receta salió de eso que a menudo nos pasa: no tengo ni idea de lo que voy a hacer para comer. Sólo sabía que iba a poner pollo, porque tenía unas pechugas de pollo rodando por la nevera. Y mirando el frutero vi unas pobres manzanas que empezaban a arrugarse y que sabía que nadie se las iba a comer.
Y, dándole vueltas a la cabeza, salió esta receta. En un principio la salsa la iba a hacer con sidra, pero primero no tenía en casa y segundo abrir una botella para un poco me parecía un desperdicio; así que en vez de sidra le he puesto vino blanco. Pero para la próxima vez le pongo sidra.
Estaba tan bueno que mi hijo ni protestó por los trozos de manzana y se comió un señor platazo.
Con las cantidades que pongo comimos los dos y sobró un poco, pero hay que tener en cuenta que para nosotros era plato único y la criaturita se zampo dos raciones. Pero podéis aumentar un poco la cantidad de pollo. Al final os dejo un par de consejos.
