Esta tarta de manzana es un clásico en mi casa. Era una de las pocas recetas que mi madre bordaba; la cocina no era su fuerte. También es verdad que se pasó 40 años trabajando en hospitales y de la cocina se encargaba mi padre, que le encantaba. Luego, cuando se jubiló, empezó a meterse en la cocina, y la verdad que no se le daba mal, lo que le pasaba es que no tenía mucha paciencia. Esta tarta la solía hacer para su cumpleaños y nuestro santo (que va a ser pronto).
Con esta receta celebramos que este humilde blog cumple un año. Un blog que empecé por varios motivos: recopilar las recetas que desde hace tiempo tenía guardadas, tanto de mi rama cantabra como de mi rama toledana, y las recetas que a lo largo de casi 25 años he ido aprendiendo de la cocina Canaria. Por otra parte necesitaba (y necesito) tener la cabeza ocupada desde el repentino fallecimiento de mi madre el año pasado y la delicada salud de mi padre, el cual terminó falleciendo este otoño. Este blog no es gran cosa, pero intento plasmar las recetas que normalmente hago en casa y que considero accesibles para todo el mundo; porque si yo puedo hacerlas, todo el mundo puede.
Y las fotos tampoco son nada especial; por una parte porque no quiero que nadie se "distraiga" con grandes presentaciones y, por otra, porque quiero que se vea la comida tal cómo es, sin artificios, en plan casero y modesto. Por supuesto, tampoco tengo grandes medios ni nociones de fotografía ni nada del estilo. Veremos si me pongo algún día a ello.
Volviendo a la receta, todo el mundo que la prueba suele pedirmela. La verdad es que es muy fácil y el resultado es espectacular. Lleva una base de bizcocho pero, como es ligeramente húmeda, no cae pesada. Lo más importante es controlar la temperatura del horno y una buena manzana.
Haced la receta y ya me contaréis.