La repostería tradicional de nuestro país es extraordinaría, estas recetas no hay que perderlas por nada del mundo. Eran recetas de aprovechamiento y, sobre todo, elaboradas con lo que tenían a mano. Antiguamente se hacían en cada casa y se llevaban al horno del pueblo.
Los mantecados de Toledo son uno de los muchos dulces de la tierra de mi madre, al igual que el mazapán, las pastas de almendra, los pestiños, las flores manchegas, etc. Cuando voy, siempre me llevo una caja, me encanta su textura y el sabor a anis.
Como no puedo ir todo lo que yo quisiera, he estado buceando por internet hasta dar con una receta que me parece que es la que más se aproxima a los mantecados que yo recuerdo. He probado varias recetas hasta dar con esta. Es una receta antigua de la Villa de Orgaz. Yo sólo he suprimido la ralladura de limón y he añadido un poco más de licor de anís. Ahora los tengo guardaditos en una caja de lata, vigilando que nadie los toque.
Vamos con la receta que es súper fácil:
